Ha muerto J. D. Salinger (Jerome David Salinger, nacido en New York el 1/01/1919, y fallecido el 27/01/2010 en New Hampshire), y ha muerto en el halo de misterio y extraña rebeldía que siempre acompañó a su vida, una vida, sobre todo en la etapa adolescente, que quizá retrató de manera visceral en su mítica obra, El guardián entre el centeno. En ella refleja la rebeldía, la contradicción, el caos adolescente de un muchacho que es al mismo tiempo un James Dean sin causa y con una valentía inconsciente, propia de la edad, y lo contrario, un soñador consciente de sus limitaciones, de su miedo, de su pusilanimidad: es pura lucha interna, pura fanfarria y, al mismo tiempo, capaz de valerse, de criticar, de pelear. El protagonista, Holden Caulfield, comienza su aventura con la expulsión de su enésimo colegio; no le importa en demasía, porque así afianza su contradicción, tampoco está bien. Se siente atraído hacia el abismo, pero ansía la fuerza y la confianza que le deparan sus familiares más próximos, sus hermanos, incluso el ya fallecido, al que echa de menos, y su acomodada familia. Huye en una loca y absurda escapada a la ciudad de Nueva York, se gasta lo que tiene, vive y critica la noche, se siente vacio y deprimido a cada momento, busca refugio y placer en sus anclajes, pero no siempre lo consigue. Excelente obra, novela corta, que se lee de un tirón y con agradable sensación de que lo narrado es algo ya vivido en nuestra adolescencia, fácil de conectar con el protagonista. Como supongo que ya la habréis leído todos, os propongo que la releáis.
31 de enero de 2010
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