11 de abril de 2010

Novela Al filo del agua

Novela publicada en 1947, narrativa ambientada en un imaginario pueblo situado en Jalisco, en una localización temporal precisa: los inicios de la revolución mejicana, concretamente el primer año, 1910. Desde un pasado y presente muy ligado al catolicismo apostólico y romano, con un profundo conocimiento de la zona y de sus gentes, y hurgando en profundos sentimientos de sus coetáneos, siempre desde un estilo realista que incorpora las nuevas tendencias importadas desde la Europa de las vanguardias artísticas, ensambla todo un ejercicio de estudio y psicoanálisis que constituye una suntuosa síntesis de la historia de su región natal, pero plenamente extrapolable a regiones similares.


Con todo este bagaje, Agustín Yáñez monta una obra de consumado estilismo, de susurrados motivos, de prohibiciones y laceraciones íntimas, de pavor a la mirada inquisitiva de los circundantes, pero también de tabúes asentados en lo más profundo de la conciencia, de dolores internos ante el pecado, ante la ignominia misma. Lo hace fijándose en los personajes, desde el cura que realiza un primer examen superficial y desacertado, para luego, con más experiencia y calma, liberar sus sentidos y percibir qué es lo que realmente existe, hasta las distintas personalidades de hombres y mujeres que pululan más que habitan en las casas, calles, tiendas o la siempre liberada iglesia, lugar en el que los encuentros merecen una reflexión aparte. Yáñez nos muestra una tierra áspera, pero sin hambre, estoica, minimalista, hosca en la expresión y falta de alegría aparente de sus pobladores, pero también igualitaria: “los ricos miserables y estoicos, estoicos los pobres, igualan un parejo vivir”, describe el cura recién llegado. Existen todo tipo de tópicos, de seres que se pueden encontrar en cualquier lugar parejo temporalmente, pero aquí se registran como faltos de alegría, de interés y ánimo, calentándose al sol los hombres, sin la dinámica propia de las bulliciosas zonas de otros sitios similares; las mujeres, ay las enlutadas féminas, para las que las calles son sólo obligados pasos, que se diría deben atravesar a velocidad de crucero, con escuetos saludos, desprovistos de agrado, rápidos vistazos para implementar sus cometidos y fugaz desaparición tras las puertas, en el interior de las casas, tiendas, haciendas, etc. Allí, describe el recién llegado sacerdote, no se escuchan las risas, las bulliciosas conversaciones, ni la algarabía en las zonas comunes, no, parecería más bien que el pueblo está lleno de seres con profundas deficiencias mentales. Al filo del agua es una expresión que se puede traducir o asimilar con al filo de la navaja, dando a entender una precaria situación que se mantiene a duras penas, y eso es lo que en el cúmulo de hojas encuadernadas aparece: una situación plena de prohibiciones públicas y explícitas, pero igualmente de autoimposición, de conciencias atormentadas por los lúdicos y lúbricos pensamientos, por la pecaminosa ansia de lujuria, por el soterrado deseo. Y dominándolo todo está la revolución, conformando un contrapunto, una ebullición que estimula y amarga por igual a todos los pobladores, tanto hombres como mujeres, y también al sufrido cura, que se ve impelido a mantener una postura conservadora ante el vendaval, pese a tener sus deseos y sus ideas al lado de los nuevos vientos de cambio. Pero lo ancestral, lo que años y años de impronta han ido tejiéndo cuán red de dominio, no puede ser borrado de forma radical, de ahí la dificultad, la tremenda lucha interna que se desarrolla bajo la calma y sumisa apariencia de normalidad anormal de los lugareños. Existen muchos y muchos más matices y reflexiones en el interior de esta magnífica novela, plenamente recomendable, pero resultaría muy larga y tediosa su explicitación, así que lo mejor es conseguirla y leerla. En fin, soberbia producción literaria que merece un puesto destacado en la literatura universal, obviamente está en un lugar de honor dentro de la narrativa mejicana moderna.

Agustín Yáñez Delgadillo (1904-1980) fue un novelista, ensayista, cuentista y político. Uno de los grandes autores de la novela mexicana de principios del siglo XX, precursor, junto con otros autores, de la novela mexicana moderna. El objeto de este post, aparte de ser considerada su más notable obra, inicia una nueva forma de relatar, marca un antes y un después en la literatura de su país al incorporar nuevas técnicas narrativas y estilísticas fuertemente influenciadas por autores europeos y norteamericanos (Faulkner, Kafka, Clauder o J. Joyce). También desempeñó diversos cargos como político, siendo gobernador de Jalisco entre 1953 y 1959.
Importante para entender su obra es conocer sus orígenes y su influjo ancestral: Nació el 4 de mayo de 1904 en el barrio del Santuario en Guadalajara, Jalisco, donde hizo sus estudios primarios y preparatorios. Su familia era procedente del estado Yahualica (Jalisco).Cursó estudios en Escuela de Jurisprudencia de Guadalajara y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Obras destacables son Flor de Juegos Antiguos, El Archipiélago de Mujeres y, especialmente, Al filo del agua, con la que alcanzó el reconocimiento universal.

1 comentario:

  1. Excelente aperitivo para "Al filo del agua". No conocía esta novela, pero tu análisis y crítica me ha despertado curiosidad. Pendiente de leer si la consigo.
    Gracias por el descubrimiento.
    Un saludo.

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