25 de febrero de 2010

Canino

Ay, Dios, no sé cómo comenzar este post (así que imaginaos cómo va a terminar). Para poneos en antecedentes (que conste que yo no soy así), creo que esta película… No, así no puede ser, vamos a intentarlo desde el principio. Turbadora cinta que aúna drama, perversión, caos y… ligeros toques humorísticos que resultan tan perturbadores como los trágicos, pero que sirven para descatalogar el filme y dar un ligero descanso al espectador (sufrido). No, esto tampoco está bien hilado. Vamos a ver: Planos obsoletos, escasamente utilizados en la filmación actualmente, los fijos, un guión que te saca de tus estribos, pero que tiene un gran fuerza, actores que se creen su cometido, pero que terminan tan desquiciados como puede estarlo cualquiera. Ay, tampoco me convence. El argumento nos sitúa en una extraña prisión, con todo el lujo que pueda alguien anhelar, pero prisión al fin y al cabo. Rara, rara, rara obra que nos adentra (y ya voy en serio) en un submundo de mentiras, subyugación y sobreprotección, amén de extrañas perversiones a que aboca la enferma endogamia paterna. Situémonos: tres hijos ya desarrollados, alguno incluso rozando la treintena (dos chicas y un chico), un matrimonio que ha convertido su mansión en una cárcel de altos muros, sin que dejen salir a sus vástagos, ni les permitan tener o ver televisión, o leer periódicos, o hacer nada que un joven pueda realizar; la única visita corresponde a una extraña mujer, empleada de seguridad del padre, que satisface las necesidades sexuales y afectivas del hijo; pero su intromisión, una cinta de Rocky y el submundo perverso terminan por encontrarse de forma radical; la madre, que acompaña la obsesión y juegos del padre, unos hijos que consideran que el mundo sólo se ve por la mirada abyecta de sus progenitores, donde las palabras más comunes significan todo lo que ellos les dicen, donde los aviones que sobrevuelan terminan como juguetes en el jardín, donde un gato, según las taimadas enseñanzas, es un ser peligrosísimo; un entorno envuelto por una sexualidad desviada, desarrollada en un contexto tarado, etc., etc., etc. Vamos, que para dar de boinazos al director, guionista y productores; pero… y he ahí la grandeza del filme, se deja ver, se intuye su complejidad, se vislumbra la metáfora, la crítica, incluso parece entreverse la calidad próxima a obra maestra. Premiada en Cannes con el galardón “una cierta mirada”, constituye una ingeniosa realización del director Giorgos Lanthimos, que mantiene al espectador un tanto “para allá” hasta el final del producto ante las extrañas coexistencias retratadas, ante la vida llevada hasta límites insólitos, incluso con mutilaciones para completar el inventado código de condiciones impuesto. No vamos a comentar nada sobre falta de originalidad, no, no lo vamos a hacer, sobre todo porque yo no he visto la supuesta película mejicana anterior en el tiempo que mantenía una temática similar (ya os avisé que iba a terminar mal)
TÍTULO ORIGINAL: Kynodontas
GÉNERO: Drama
PAÍS y AÑO: Grecia-2009
DIRECTOR: Giorgos Lanthimos
GUIÓN: Efthymis Filippou, Giorgos Lanthimos
FOTOGRAFÍA: Thimios Bakatatakis
PRODUCTORA: Boo Productions / Greek Film Center / Horsefly Productions
REPARTO: Christos Stergioglou, Michelle Valley, Aggeliki Papoulia, Mary Tsoni, Hristos Passalis, Anna Kalaitzidou

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